Reforzar la Autoestima

Hablamos a menudo de la autoestima, como un baremo de lo que nos queremos a nosotros mismos o de lo que los otros se quieren a sí mismos. Nos suele preocupar cuando pensamos que tenemos la autoestima baja, eso querría decir que no nos queremos lo suficiente, que no nos valoramos, que no nos creemos capaces de llevar a cabo aquello que nos proponemos. En Terapia el concepto que uno tiene de sí mismo es importante: cómo pienso que soy, cómo creo que me ven los demás… Y luego está la realidad: cómo soy en realidad y cómo me ven los demás en realidad. Es bueno escuchar lo que nos dicen los demás y también hay que poseer la suficiente fuerza interior para tener en cuenta lo que nos dicen sin que nos afecte demasiado. De lo que hablamos aquí es de la confianza en uno mismo, de la autoconfianza. Y ¿de qué manera conseguimos tener autoconfianza? Todos conocemos personas que confían en sus capacidades y otras personas a las que le falta confianza. Y si nos preguntamos por qué pasa esto, por qué estas diferencias, diremos que es así, que es su forma de ser, su personalidad. Eso nos lleva a otra pregunta: ¿por qué somos como somos? o dicho de otro modo ¿qué factores influyen en la personalidad? Lo primero que nos viene a la cabeza es la genética: hay disposiciones genéticas para el desarrollo de la personalidad, pero estas disposiciones se transforman en realidades cuando la persona se pone en relación con el ambiente que le rodea. Esto empieza a ocurrir a partir del nacimiento. Los primeros años de vida tienen una gran importancia en el desarrollo de la personalidad. También es en esos años cuando se empieza a construir un sentido de confianza básica en la persona. Aunque eso puede o no suceder y el equilibrio que se establezca entre el organismo y el ambiente en esos primeros años va a seguir poniéndose a prueba en los años siguientes, es decir que pueden haber cambios en la forma de ser aunque haya ciertas rigideces en las estructuras que lo dificulten.

¿Qué nos puede ayudar para tener más confianza en nosotros mismos? Tener un proyecto e ir haciendo pasos en la dirección que nos proponemos; posponer las cosas, no afrontar las dificultades nos hace sentir peor, más incapaces. Hay que esforzarse, hay que luchar para seguir adelante y también podemos ver en la terapia qué dificultades nos encontramos y por qué tenemos esas dificultades. Identificar los problemas es el primer paso para poder solucionarlos. Se trata de que nos podamos sentir bien con nosotros mismos, con nuestra identidad, quienes somos y lo que hacemos.